Hoy os cuento sobre una boda única de la que tuve el privilegio formar parte en Suiza. Una boda de destino internacional que me dejó sin palabras.
La pareja en cuestión era un chico cubano que se enamoraron de una chica suiza a través de la música. ¡Cómo no! Es que la música tiene ese poder de unir corazones y, en este caso, culturas. Fue increíble poder ver cómo se mezclaban ambas culturas en esta celebración tan especial.
La boda se llevó a cabo en un entorno natural alucinante, una granja en Juckerfarm, situada al pie de los majestuosos Alpes suizos y junto a un hermoso lago. ¡Unas vistas impresionantes!.
La ceremonia civil estuvo llena de emociones y música en directo, como no podía ser de otra manera. Después de un bonito ritual con fuego, los amigos de los novios sorprendieron a todos cantando una canción. ¡Fue una locura! Se creó un ambiente mágico y súper emotivo que nadie olvidará jamás.
Pero lo que vino después fue lo que realmente me sorprendió. Ya me avisaron los novios en todas las videollamadas que tuvimos que para ellos lo importante era la fiesta. Desde luego no faltaron a su palabra.
Los novios junto con los invitados jugaron a minijuegos que consistían desde lanzar pollos de goma con una catapulta, minigolf, ver quien atinaba a disparar un corcho, ordeñar una vaca... Si, has leído bien: una vaca (pero era de pega 😄). Disfruté como un enano con el gran ambiente que había con los novios e invitados pasándoselo en grande. Desde luego fue un momento auténtico y original.
La boda fue una celebración continua, donde todos disfrutaron al máximo en un entorno natural espectacular. Y es que, ¿Qué mejor lugar para una boda de destino que los Alpes suizos? Fue una experiencia única e inolvidable que quedará grabada en mi memoria para siempre.
Así que ya sabes, si están pensando en tener una boda internacional y fuera de lo común, ¡Suiza es una excelente opción! La combinación de culturas y el ambiente natural son simplemente mágicos.
¡Nos vemos en la próxima aventura de una boda internacional!